Herculano, en italiano Ercolano, era una antigua ciudad romana de la región de Campania, más pequeña y más rica que Pompeya. Hoy es conocida por haberse conservado, junto con Pompeya, debido al hecho de haber sido enterrada en las cenizas de la erupción del Vesubio el 24 de agosto del año 79. Muchos de sus habitantes perecieron debido al flujo piroclástico de la erupción, y la ceniza modeló sus cuerpos con la postura que éstos tenían en el momento de morir.
Las excavaciones comenzaron en la actual Ercolano, un suburbio de Nápoles, en 1738. La elaborada publicación de Le Antichitá di Ercolano ("Las antigüedades de Herculano") bajo el patrocinio del rey de las Dos Sicilias tuvo un efecto desmesurado en el incipiente neoclasicismo europeo teniendo en cuenta lo limitado de la circulación de esta obra. A finales del siglo XVIII comenzaron a aparecer motivos de Herculano en una gran diversidad de objetos, desde pinturas murales y mesas de tres patas, hasta quemadores de perfume y tazas de té.
El primer descubrimiento importante de esqueletos romanos del siglo I tuvo lugar en Herculano. Dado que los romanos generalmente practicaban la cremación hasta el siglo III, resulta difícil encontrar huesos anteriores a esa fecha. Las excavaciones realizadas en la década de 1990 en el área del puerto de Herculano sacaron a la luz más de 200 esqueletos de diversas edades, sexos y condición social.