Gestada en el comienzo del siglo XX, la obra quedó casi concluida en la primera década, según los planos del Ingeniero Gonzalo Correa. Su habilitación data, sin embargo, de 1920 cuando se concluyen los revoques, los pisos y la carpintería.

Proyectada y construida para la función de Sede del gobierno Provincial no resulta fortuito que se haya seleccionado una expresión académica que permitía evocar todos los presupuestos significativos de jerarquía y calidad que la Sociedad de la época consideraba apropiado par un Palacio de Gobierno. No sorprende la utilización de la arquitectura académica, pero si es notable la ajustada alusión a los Castillos Franceses del Siglo XVII. Refuerza esta imagen el excelente aprovechamiento del sitio de su emplazamiento frente a la Plaza Belgrano y por rodear el edificio de jardines independizándolos del resto del tejido urbano.

El edificio se estructura alrededor de un patio interior, de acuerdo con la tradición local, pero el ala principal que enfrenta la Plaza resume toda la tradición Francesa de los Palacios. La organización simétrica del conjunto en cuyo eje se encuentra el gran salón – que en este caso actúa el hall de acceso- y el espacio reservado a la gran escalera de tres tramos que conduce la planta noble presenta un llamativo parecido con el Chateu D´osuy.

Sobre el hall de acceso, el Salón de la Bandera cumple las funciones de espacio para la gran recepción y atención a esa función, su tratamiento fue resuelto en base a un vocabulario formal renacentista que rememora las formas decorativas del Louvre.

La organización de la fachada se logra a través de la jerarquización de los tramos centrales y de las esquinas, estos avanzan respecto del total del frente y se distinguen por sus mansardas independientes que los destacan del resto y enriquecen la volumetría del conjunto.-