‘La fotografía siempre dice verdades parciales’ 

Seber Ugarte,  usa una lupa académica para analizar las imágenes fotográficas.


Redacción Cultura

¿Se puede seguir entendiendo a la fotografía documental como documento?

Es problemático. El documento hoy día es una forma de hacer pero también de sentir la experiencia visual de la imagen. La fotografía periodística tiene un gran cisma en los años ochenta.

¿Qué paradigmas se rompieron en ese cisma?

La idea del instante preciso de Bresson (Henri Cartier) o la capacidad del documento para ser un acta notarial o una transcripción o mímesis de la realidad...

¿Se fue la ‘objetividad’?

Se buscó una manera nueva de entender la objetividad. La fotografía empezó a realizar un trabajo de erosión de esa realidad desde lo que puede llamarse una construcción ficcional.

¿La realidad y la ficción son la misma cosa en una foto?

Las fotos construyen un discurso que a su vez deconstruye el paradigma de la veracidad.

¿La fotografía ya no debe ser considerada testimonio?

Es una construcción, una mirada, una simulación de la realidad. En este acto participa una acción intelectual inevitable de parte del fotógrafo. Es una reflexión previa que orienta el hecho fotográfico.

¿No se trata de una forma de transmitir información?

La entrada en la fotografía del arte y del pensamiento sobre la imagen ha permitido que se piense a una foto como una escenografía espacial, pero también emocional. El fotógrafo pasa de ser un operador a un constructor.

¿Un artista?

La imagen se vuelve un metalenguaje para hablar no de realidad sino de hiperrealidad.

¿No se habla de lo que es sino de lo que podría ser?

El fotógrafo finalmente habla de lo que él piensa que podría ser.

La imagen muestra algo que existe, o existió, de hecho

La fotografía es un espacio de hibridación con el resto de comunicación visual. Ha roto los corsés de la veracidad y la objetividad.

Pero si alguien manipula una foto en una revista seguramente será despedido...

El trabajo del fotoperiodismo funciona en un nivel deontológico, ético. Pero sabemos que la objetividad es muy difícil de conseguir. Lo que un fotógrafo ve es lo que él ve, pero eso no puede ser tenido por la realidad. Siempre se selecciona la manera de decir algo, elegir un ángulo, un acercamiento... todo eso es construir una visión, una simulación...

¿Quién decide cuán veraz puede ser una foto?

Depende. Los gobiernos, las religiones, los medios de comunicación. Parcelamos el mundo en muchos microcosmos y en ellos buscamos ciertos paradigmas.

¿Una foto manipulada tiene el mismo valor de verdad que una que no lo ha sido?

Hay que tener en cuenta los contextos en los que se va a desarrollar la recepción de una imagen. La diferencia entre una y otra se mueve solamente en un plano deontológico, según la ética del operador.

¿La fotografía miente?

La fotografía no es una constructora de mentiras pero sí de ficciones. Detrás de toda imagen hay una servidumbre. Siempre se la usa para apoyar tal o cual discurso

¿Cómo orientarse?

Ya no se puede hablar de la fotografía sino de lo fotográfico. Lo cual no significa que ya no tiene la obligación de cumplir con los cánones de la verdad o la belleza. Son significantes de un significado en constante construcción.

Entonces, ¿todo vale?

Que todos puedan hacer fotos no significa que todos entiendan eso que están viendo.