Descripción
Este perrito llevaba temblando un buen rato, y no era de frío sino de miedo porque es un tímido patológico. Lo realmente incomprensible es que cuando el cura lo bendijo con el agua de su hisopo dejó de temblar instantáneamente y lo miró con una ternura indescriptible.
A mí no me digáis, que soy agnóstico, sólo cuento lo que vi.
Comentarios
Jorge Zanguitu - 19/01/2012
Bonita toma, saludos
Valoración Foto: Muy Buena
Antonio Del Campo - 19/01/2012
Preciosa toma, nada mas hay que ver la mirada del perro y su dueña, me gusta. Saludos
Valoración Foto: Muy Buena
Diego Pérez López - 18/01/2012
Saludo:
Esta obra me encanta gran composición.
Valoración Foto: Muy Buena