Fue la noche la que se hizo para soñar, pero en la noche los sueños son catárticos, reparadores, re ordenadores...
Y esa es una tarea que en ocasiones resulta agobiante, porque son los sueños los que nos dominan, los que rigen nuestro destino.
Pero soñar despierto es otra cosa: tú controlas, tú decides, tú construyes el universo. Recordando cosas pasadas e imaginando otras futuras puedes llenar tu cabeza de flores de esperanza, de horizontes, de amores, de momentos maravillosos y tiernos.
Siéntate, relájate y sueña... pero sueña despierto.