El Baldaquino de San Pedro (1624 - 1633) también llamado de oro o de la confesión, cubre el Sacro Altar Pontificio, en la nave central de la Basílica de San Pedro. Se encuentra debajo de la Cúpula de Miguel Ángel.
Diseñado y construido por Gianlorenzo Bernini, cubre la tumba del Apóstol San Pedro, recordando las palabras de Jesucristo: "Tú eres Pedro y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia". La necrópolis petrina se encuentra debajo del complejo basilical, y, cuando el emperador romano Constantino mandó construir la primera basílica, ordenó que el altar estuviese sobre la tumba del Santo Apóstol.
El diseño del baldaquino pensado por Gianlorenzo Bernini está construido en bronce y simula la forma de un palio, en vez de un templete. Lo forman cuatro columnas salomónicas de 14 metros de altura que sostienen sendas porciones de entablamento, que llegan a los 29 metros, unidas por una cornisa cóncava con colgaduras que imitan los palios textiles. De los vértices arrancan cuatro volutas convergentes, altas y finas, coronadas por un pequeño entablamento mixtilíneo.