Sylvia melanocephala es especie claramente mediterránea reproduciéndose en las riberas de este Mar desde el Sur de la Península Ibérica (¿también en el litoral atlántico portugués?), Levante, islas Baleares, sur de Francia, Italia, costas de Yugoslavia, Albania y en Grecia. La raza tipo melanocephala ocupa también el norte de Africa desde Marruecos hasta Cirenaica. Su densidad es buena en todo el litoral levantino español y también en Andalucía y Extremadura, donde por zonas es localmente abundante, extendiéndose hasta Tras-os-Montes (Portugal) por el occidente peninsular, pero difícilmente alcanza las costas del Atlántico portugués. Falta también en Galicia, aunque hay supuestas observaciones en Orense que no pueden dudarse. Más escasa o ausente en la Meseta Castellana. Purroy (1974) la considera nidificante en Navarra. Realmente no resulta fácil realizar observaciones de esta pequeña curruca donde no es abundante. Es escondediza y puede ser confundida en una somera observación con la curruca capirotada.
La curruca cabecinegra es sedentaria y sujeta únicamente a movimientos erráticos en otoño e invierno, probablemente motivados por cambios en la dieta alimenticia. Que algunas atraviesan el Estrecho está fuera de toda duda. Pineau y Giraud-Audine (1976) observan ciertos movimientos en el extremo noroeste de Marruecos en marzo y a finales de noviembre. Esta curruca es allí muy abundante y en toda la línea costera atlántica se mueve entre plantas del tipo euphorbia. Bannerman (1954), considera que en la Isla de Mogador (Marruecos Occidental) este pájaro tiene la mayor densidad que él ha visto nunca. En Mallorca y en general en todas las Baleares, Munn estima que es uno de los pájaros más comunes. Se le encuentra en los puntos más remotos donde ningún otro pájaro puede ser visto, entre arbustos diseminados en la cumbre de las montañas, en inaccesibles acantilados, pero también en huertos, jardines y bosques, incluso en los más pequeños jardines de las ciudades.