Descripción
Paseando por el humedal del Mar Menor había muchas libélulas, pero una de ellas me miró mal desde el principio y esquiva como una anguila no permitía que me acercara y comenzamos una implacable persecución. Cansados ambos, la libélula paro y yo se lo agradecí. ¿Porque me persigues?, preguntó. Quiero hacerte una foto, respondí. Otro pesado, contestó. ¿Te han fotografiado ya?. Si al otro lado del mar, un pesado como tu. Joder con la libélula, pensé, esbozando una sonrisa. Mi primo Antonio, seguro que fue el. Te puedo pagar por posar le espeté.... eso te puedo dar. Se cachondeó... tres veces eso, el del otro lado me dio. Una lágrima gorda por la mejilla se me escapó... pero tragué. No se si mereció la pena. Un abrazo
Comentarios
Jose antonio Sueiro - 30/09/2009
como todas las tuyas, muy buenaaaaaaaaaaaa
Valoración Foto: Muy Buena
Francisco Alarcon - 30/09/2009
guauuu al final veo que le ganas a tu primo en libelula por lo menos las alas se ven muy bien la transparencias a el no tanto espero que el copie de ti muy bien pepe .un abrazo
Valoración Foto: Muy Buena
Orentino Aviñoa - 30/09/2009
Es que hay algunas que, negociando, son implacables.
Valoración Foto: Muy Buena
Carmen Celorio - 30/09/2009
La foto preciosa, la historia como del mismo Samaniego, muy buena
Valoración Foto: Muy Buena
Antonio Del Campo - 30/09/2009
Pepe, al final conseguiste una de ellas, la verdad es que hay que tener paciencia porque estos bichos estan constantemente moviendose y estar preparado para el momento de la pose, he intentado hacerlo en pleno vuelo pero aun no lo he conseguido, buena toma. Un abrazo.
Valoración Foto: Muy Buena