He tenido en casa a unos amigos de Murcia con críos pequeños, la visita al Zoo era obligada. Me arme de cámaras y otro tanto de paciencia y al zoo. En el recorrido nos encontramos con este dromedario y aconteció lo que os cuento: Señor dromedario, si se acerca un poco le podré hacer unas fotos -le dije yo-. Ni se movió. Podría pagarle algo -le dije-. Lentamente se acercó y con mirada inquisitoria preguntó ¿que?. Una brazada de alfalfa -lo primero que se me ocurrió-. La carcajada del dromedario aún se oye en el Zoo. Eso no tiene valor gritó mientras torcía la boca -yo tiré la foto y luego veremos- (Continuará). Un abrazo y feliz año nuevo.