EL ATARDECER MÁS BONITO DEL MUNDO.
No sé si alguien le habrá escrito alguna canción o algún poema a ese momento, pero si no, debería hacerse. Aquellos atardeceres fueron los más bonitos del mundo, la mayor belleza que hayan captado mis ojos a lo largo de toda su vida. El recuerdo de sus dorados, rojos y ocres tonos con los que el sol se despedía llorando, deshaciéndose ante el infortunio de tener que abandonar el bello Estambul hasta el día siguiente. Asombrada, sin palabras, yo temblaba ligeramente con una emoción intensa e íntima sobre uno de los ferrys que habría de llevarme a la parte asiática y luego regresarme a la europea, para disfrutar en aquellos viajes de aquel atardecer sublime, sin palabras para definirlo, y que como todos los momentos de belleza suprema, era efímero, se nos escapaba entre los dedos....ITACA 213