Ulea es tierra de contrastes, donde el verde del Valle de Ricote se mezcla con los paisajes secos de las montañas colindantes. La configuración de sus calles, estrechas y escalonadas, el rumor del agua a través de fuentes, aljibes y norias, el quehacer de la gente, tranquilo y sosegado, ponen de manifiesto la herencia musulmana que se extiende por todo el valle. Íberos y romanos se asentaron sobre sus tierras, sin embargo, fue bajo dominio musulmán cuando se configuró la imagen de la actual población. Al igual que sus vecinos, tras la Reconquista perteneció a la Orden de Santiago, hasta mediados del s. XIX.
Ulea, localidad donde el agua del Segura recobra su fuerza, nos muestra un paisaje de gran belleza; la huerta aparece repleta de palmeras que nos recuerdan el sabor oriental de esta tierra.