Siguiendo con las maravillas que el fotógrafo puede encontrar en el Botánico de Madrid, aquí os traígo esta foto tan especial: en el invernadero tropical, el sistema lanza constantemente chorros de niebla para lograr el alto grado de humedad que requieren las plantas propias de la selva que hay allí. Pues bien, cuando el sol atraviesa esa neblina genera un mini arcoíris que se proyectó en esta gran hoja. Y claro, allí estaba yo.